Hoy se celebra el Día Internacional del Músico, así que aprovecho para felicitar a los colegas de los bares, los matatigres, los académicos, los folclóricos, los empíricos, los guataqueros...
Vaya mi saludo y mi abrazo especial a cada uno de los que conformaron en sus distintas etapas ese amado grupo que dirigí, que tantas satisfacciones me dejó, y en el que nos desarrollamos enormemente: Noche Gaitera. Trataré de que no se me escape ninguno:
Vocalistas:
Arturo, Luis, Natalie, Natasha, Yorlein, Yulmi, Jarol, Iván, Carlos, Federico, César, Capulina y Adrián
Armonía: Nelson, Carlos Daniel, Sergio y Luisana
Percusión: Oswaldo, Yein, Isbert, Álvaro, Eloy, Miguel Ángel (Maderita), Rafaelito, Condorito, Luis Madera, Rodolfo (Melcocha), Indira, Bolivita (Pantro) y Jhonan.
Gracias a todos, hicieron posible uno de los mayores testimonios de éxito en mi vida.
También quiero ofrecer un agradecimiento especial a mis maestros:
A mi familia, escuchadora de música, de buena música, que sembró en mí la inquietud del sonido.
A mi padre, que a los 6 años me hacía tocar el timbal en una mesa, con un vaso por cencerro.
A Héctor Alzualde, estés donde estés, hagas lo que hagas, siempre serás mi primer profesor de música. Los cuatros en nuestras 160 manos y tu mandolina solitaria son inolvidables.
Al matrimonio Goycoechea, quienes dirigieron aquella coral infantil en la que aprendí a diferenciar unas voces de otras.
A Carlos González Oropeza, mi mentor, quien me enseñó a trabajar en grupos, quien me legó la capacidad para conformar corales y estudiantinas, con quien aprendí a leer esos extraños signos sobre el pentagrama.
A Silvio Rodríguez, quien me enseño y me sigue guiando, cada vez que agarro la guitarra.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario