Al viaje eterno y sin regreso se marchó el maestro Rafa Galindo, llamado cariñosamente por su incólume carrera profesional como "El Ruiseñor de la Radio".
Rafa Galindo fue un insigne venezolano nacido en La Victoria e incomparable representante de nuestra mejor tradición musical urbana, desde principios de los años cuarenta, época en la que impuso su estilo romántico-tropical, a través de la orquesta de baile más importante de Venezuela: La Billo’s Caracas Boys.
El inicio de su carrera se remonta a 1936, fecha en la que comenzó un ejercicio profesional incesante que también comprendió su carrera de solista. En muchísimas oportunidades prestó su figura y arte para estrenos vocales de la mayor importancia dentro de nuestra música popular. Aldemaro Romero, Jesús Sanoja, Ángel Briceño, Guillermo Castillo Bustamante, Renato Capriles son apenas algunas figuras que atestiguan una abultada hoja de servicios como intérprete.
Pero es en el medio siglo de compañía intermitente con la Billo´s Caracas Boys -años de estar, irse y volver-, donde queda mejor representado su quehacer de “crooner” con puesto de vanguardia al frente de sus contemporáneos del canto romántico Leo Rodríguez, Trino Finol, Jesús Paiva, Miguel Briceño o Marco Tulio Maristany.
Rafa fue y sigue siendo estrella del bolero venezolano. Noche de mar, Ven, La cita, El Ruiseñor, Matinata, Un sueño, Enamórame, Caracas vieja y otra docena de temas lo avalan cual artista con repertorio propio en un campo donde los versionadores son la regla. Suya es la voz de tenor ligero que hace flotar la melodía sin esfuerzo aparente; suya también es la tradición de disciplina e impecable presentación propia de nuestras mejores orquestas de baile.
En nuestros corazones, hoy y siempre, conservaremos el recuerdo de este gran artista, quien siempre permanecerá en la memoria de los venezolanos, amantes de la música, como nuestro querido “Ruiseñor venezolano”.
Hasta pronto Rafa, ahora le corresponde a los ángeles disfrutar de tu excelso canto. Ve en paz, que acá siempre estará tu recuerdo y el tributo a tu memoria.
